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Dojo de Montpellier, el Domingo 9 de Octubre de 2005
Envuelvan la mano izquierda con la mano derecha, durante kin-hin, como si pusieran una hoja de papel alrededor de una piedra, bien introducida en la palma de la mano derecha. Las manos están bien introducidas una en la otra y las palmas de las manos bien paralelas al suelo. No es solamente colocar una mano sobre la otra, hay realmente una interconexión entre las dos manos. Dentro del puño izquierdo, introducen la última falange del pulgar de la mano izquierda y se coloca la raíz del pulgar bajo el esternón, en el pequeño hueco sobre el plexo solar. Es muy importante esta postura de las manos. Se debe tener mucha conciencia de la postura de las manos. Debe estar perfecta. En el zazen y el kin hin, aunque no tengamos un cuerpo perfecto, siempre busquen tender hacia la perfección de la postura, hacer el máximo, cada pequeño detalle es importante. A cada respiración, es decir, a cada inspiración y a cada expiración, relajen el plexo solar, siempre más, relajen siempre aún más el plexo solar, es la base. Automáticamente si relajan el plexo solar, los pulmones se abren y el bajo vientre, toda la parte abdominal debajo el ombligo se relaja. Por el contrario, si intentan abrir los pulmones teniendo el plexo solar bloqueado, eso no da buenos resultados. Al principio es difícil sentir el plexo solar. Sabemos más o menos localizarlo sobre el estómago y abajo del esternón, sobre el ombligo. Tenemos al principio poco control sobre nosotros. |